SOLUCIÓN

 

Adarviles no me simpatizaba. Yo creo que en las mañanas se alborotaba las cejas con un cepillito y que usaba tacones huecos adrede, para hacer más ruido. Tenía una voz sonora como una trompeta. Sin embargo, cuando supe que era compañero en la Junta y que había votado por mí el día de la prueba pensé que alguna virtud tendría.

Los pasos de López, Jorge Ibargüengoitia